El Ministerio de Antigüedades dijo este martes que la cabeza y el torso de una estatua de Ramsés II se encontraron en el templo de Kom Ombo (Asuán), durante un proyecto para proteger el sitio del agua subterránea.
La cabeza fue desenterrada en el corredor trasero externo del templo. Mide 70 cm de altura por 56 de ancho y 30 de profundidad.
De acuerdo a los restos encontrados, los arqueólogos presumen que la estatua completa midió cerca de 7 metros de altura.
La cabeza del faraón, representado como el dios Osiris, porta la corona blanca del Alto Egipto. La estatua está hecha de arenisca y aún conserva algunos de los colores originales con los que fue pintada, sobre todo en las manos.
«Todavía se siguen buscando las otras partes de la estatua. Si las encontramos podremos reconstruirla y erigirla nuevamente», ha detallado el Dr. Ayman Ashmawi del Ministerio de Antigüedades de Egipto.
«La misión primero descubrió la cabeza y la corona. El rostro del faraón está incompleto, falta la oreja izquierda y la nariz por ejemplo», agregó Abd Monem Said, director general de Antigüedades de Asuán y Nubia.
El cumpleaños del faraón
El descubrimiento tuvo lugar pocos días después de una celebración solar. El jueves pasado, muchos turistas se reunieron en el gran templo de Abu Simbel (en la frontera de Egipto con la otrora Nubia) para contemplar cómo los rayos del sol penetran el templo e iluminan la estatua de Ramsés II, sentado y acompañado por los dioses Amon Ra, Horajti (Horus de los Dos Horizontes), y Ptah.
La mayoría del tiempo el santuario interno del templo donde habitan las estatuas permanece en las penumbras, a excepción de dos veces al año: el 22 de febrero y el 22 de octubre, el día del cumpleaños de Ramsés II y el de su coronación respectivamente. En esos días la luz se proyecta sobre Ramsés y los dioses solares, discriminando la estatua de Ptah, dios del inframundo, que jamás logra escapar de la oscuridad.