Tipón es uno de los yacimientos arqueológicos más cautivadores de Perú y refleja lo asombrosos e inspiradores que fueron los logros del Imperio Inca. Aunque la ocupación de Tipón data de hace miles de años su desarrollo más impresionante se produjo hace 500, cuando se convirtió en un asentamiento autónomo amurallado que sirvió como complejo palaciego para la nobleza inca.
Dentro de dicho asentamiento se podían encontrar bellos aposentos reales, canales y plazas, así como acueductos y grandes fuentes de agua, que convirtieron una montaña remota en una maravilla de la ingeniería. Asimismo era un lugar de uso ceremonial y religioso. En la actualidad, algunas de estas estructuras aún existen y permanecen en pie como pruebas constatables de la maestría alcanzada por los incas en los campos de la irrigación y la tecnología hidráulica.
El Imperio Inca ocupó una gran región existiendo durante algo más de un siglo. Llegó a externderse hasta distintas áreas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, siendo el mayor imperio de la América precolombina. Los incas, expertos ingenieros y artesanos, construyeron toda una red viaria conectando provincias distantes del imperio, además de sofisticados sistema de recogida de aguas pluviales, subterráneas o de manantiales naturales. No existe otro lugar donde esta tecnología esté tan bien conservada como en Tipón.
De acuerdo con la leyenda, Tipón constituía los jardines reales que Viracocha, dios supremo de los incas, ordenó construir. La lengua de los incas era de transmisión oral, así que resulta imposible saber el significado exacto de la palabra «Tipón». Sin embargo, algunos creen que su origen proviene de la palabra Quechua «Timpuj» que significa «estar hirviendo». Un significado que se relaciona al agua que mana de las fuentes como si estuviera hirviendo. Otros defienden que Tipón pudo haber sido el Palacio Real de Yahuar Huaca, quien se retiró después de ser derrotado por los Chancas.
Tipón está localizado a 25 kilómetros de Cuzco en una colina alta sobre el valle del Cuzco. Su punto más alto, Cruzmoqo, servía como enclave de observación militar además de albergar un significado religioso: misteriosos petroglifos antiguos, del año 2000 a. C. decoran sus rocas volcánicas. Aunque los incas construyeron el sofisticado asentamiento de Tipón alrededor del año 1400 d. C, este lugar posee una gran importancia prehistórica llegándose a datar su antigüedad hasta el 6.000 y 4.000 a. C.
Tipón está compuesto por trece terrazas flanqueadas por muros de piedra pulida, terrazas agrícolas enormes, canales y fuentes decorativas. Cada complejo arqueológico posee canales bien construidos que canalizan y distribuyen el agua por todo el asentamiento. De hecho aún en la actualidad existen varios baños y canales de irrigación funcionando a la perfección y proveyendo al yacimiento arqueológico de abundante agua corriente.
La muralla alrededor de Tipón mide entre 5m y 6,5 m de alto y alcanza algo más de 2 km de diámetro, protegiendo al lugar por entero. Dicha muralla nos demuestra también la existencia de una gran cantidad de operarios, representando por sí misma un logro constructivo mayúsculo. Sin embargo, son varias las evidencias indicadoras de que fue construida por una civilización anterior a los incas.
Los incas construyeron palacios, templos y fortalezas. Además, diseñaron edificios, fuentes y grandes estructuras estando, visualmente y de modo funcional, en contacto continuo con el entorno natural que les rodeaba. Planificando un sitio que pudiera integrar agua, tierras, agricultura y topografía los incas crearon un jardín de agua en Tipón. De hecho, el Palacio Inca de Tipón es uno de los mejores ejemplos de su avanzada ingeniería hidráulica. Erigido en estilo imperial inca, dispone de puertas trapezoidales construidas en piedra finamente cortada, similares a las halladas en Machu Picchu. Estas grandes estructuras fueron creadas ajustando entre ellas enormes piedras.
La parte inferior de las ruinas de Tipón están compuestas por una serie de terrazas agrícolas, con agua proveniente de canales de piedra, aún conservados. En la parte posterior de las ruinas inferiores, el agua fluye de una «boca» de piedra con aspecto de cara alrededor de un manantial que posiblemente formase parte de un acueducto subterráneo. Todo el complejo está diseñado en torno a este manantial al que se puede acudir desde un camino que nace en la última terraza. Otro sector de las ruinas contiene un depósito que se cree pudo ser una especie de Huaca o lugar de enterramientos. En su zona posterior, un gran acueducto de piedra cruza por una pequeña grieta antes de continuar cuesta arriba hasta un área de terrazas y hogares sin excavar. Más allá, existe otro nivel del alto valle cubierto de terrazas y casas incas, además de almacenes de piedra. De tamaño similar a las ruinas inferiores, éstas son utilizadas por los locales quienes han construido sus propias viviendas entre las ruinas.
Tipón fue un asentamiento que no pudo ser construido de la noche a la mañana por gentes que se asentaron en el lugar desde hace varios milenios. Millones de personas vivieron a lo largo del imperio inca y de ellos pocos se asentaron en Tipón. Con la llegada de los españoles y la caída del imperio, Tipón no fue abandonada por completo sino que fue utilizada por los Quechuas: descendientes directos de los incas. Además, se encuentra en el corazón del Valle Sagrado: zona considerada sagrada en los tiempos de los incas por su importancia astrológica en relación con la Vía Láctea que, en ciertas épocas del año, se posiciona justo sobre tan pintoresco valle.
Artículo publicado originalmente en: AncientOrigins.es
