Al vivir en los Alpes, uno pensaría que Ötzi el «Hombre de Hielo» tenía un amplio suministro de piedras. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que antes de morir en el glaciar hace unos 5.300 años, Ötzi estaba luchando por obtener la materia prima necesaria para fabricar nuevas herramientas de chert, una roca sedimentaria rica en silíce de grano fino microcristalina, criptocristalina o microfibrosa.
Descubierto al descongelarse de un glaciar que se encuentra en el límite entre Austria e Italia en 1991, la increíble conservación de Ötzi ha proporcionado a los investigadores una visión asombrosa de la vida de los europeos durante la Edad del Cobre. No solo su cuerpo estaba intacto en gran medida, sino que mostraba que estaba muy tatuado y probablemente tenía unos 45 años cuando murió, pero también el contenido de su estómago, lo que revela que recientemente había comido carne de cabra montés y trigo.
Pero fueron los otros objetos encontrados con su cuerpo los que interesaron a los investigadores de este último estudio publicado en PLOS One.
Sujetando su cinturón, llevaba una bolsa que contenía un juego de herramientas personal de un raspador, una perforadora y una escama de pedernal. También llevaba una daga corta de piedra de chert, un puñado de puntas de flecha sueltas y 14 flechas en su carcaj. Al observar cómo se fabricaron y mantuvieron estas herramientas, el equipo reveló algunas ideas nuevas sobre su vida.
Pudieron demostrar que Ötzi había cuidado inmaculadamente sus herramientas de piedra, con frecuencia y reafilándolas meticulosamente con el retocador de cornamenta que llevaba. Pero, curiosamente, descubrieron que no habría podido seguir así durante mucho más tiempo, ya que las herramientas eran tan pequeñas que estaban al final de sus vidas. Esto sugiere que no pudo tener en sus manos la materia prima necesaria para hacer otras nuevas.
El estudio determinó que la piedra que se utilizó para fabricar las herramientas en el kit de Ötzi provino de al menos tres lugares diferentes, con una punta de flecha hecha de sílex que se puede obtener a 70 kilómetros de donde finalmente murió. Curiosamente, el desgaste de las herramientas insinúa el hecho de que Ötzi era diestro, pero una de las flechas tenía una marca en el lado izquierdo, lo que significa que puede haber sido hecha por una persona completamente diferente.
Muestra cómo las comunidades y las personas que vivían en esa región de Europa hace unos 5.400 años tenían una red comercial detallada y extensa entre diferentes grupos en áreas distantes. Por un tiempo antes de morir, Ötzi probablemente deambuló por estas rutas.
El estudio científico ha sido publicado en PLOS One.