El Templo Mayor es prácticamente el cuartel general azteca para los sacrificios humanos. A raíz de los recientes grandes descubrimientos en este gran templo, los arqueólogos pudieron haber desenterrado uno de sus hallazgos más curiosos: el esqueleto de un niño pequeño rodeado de joyas y rocas volcánicas.
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en México han estado cavando alrededor del Templo Mayor en la antigua ciudad de Tenochtitlán, que se encuentra en la actual Ciudad de México, según lo informado por National Geographic Spain.
Dentro de un pozo cilíndrico inusual forrado con rocas volcánicas, desenterraron los restos de un pequeño esqueleto, apodado «Ofrenda 176», que data del siglo XV d.C. Rodeados de coloridas joyas, creen que el niño fue enterrado con un collar de cuentas alrededor de su cuello que se ha desgastado. Lo más peculiar de todo es que las cuentas verdes son jadeitas traídas de Guatemala y las cuentas azules provienen de un origen desconocido.
Los antropólogos físicos en la escena argumentan que el niño no tenía más de 10 años, pero murió con dientes desgastados y signos de infección en la boca. La «Ofrenda 176» fue descubierta en el ala oeste de un templo dedicado a Huitzilopochtli, el dios azteca de la guerra y el sol, insinuando que el niño fue «entregado» a la deidad como un sacrificio humano. El esqueleto también estaba adornado con insignias y ornamentos relacionados con esa deidad, una señal segura de que fue sacrificado en un ritual espantoso.
Según el INAH, el descubrimiento ofrece nuevos conocimientos sobre el vínculo entre los niños, los sacrificios humanos y la deidad de guerra Huitzilopochtli, quienes recibieron este tipo de ofrenda cuando los sacerdotes querían prever el resultado de las batallas. Es el segundo ejemplo de un sacrificio infantil que se encuentra en el Templo Mayor. En 2005, los investigadores descubrieron un hallazgo similar en el sur del templo, pero este entierro no presentó el pozo clínico inusual encontrado esta vez.
La ciudad de Tenochtitlán floreció desde 1325 d.C. hasta que los conquistadores españoles aparecieron y la destruyeron, junto con el Templo Mayor, en 1521 d.C. Ahora este pasado azteca se está revelando lentamente una vez más. El año pasado se han visto enormes descubrimientos en el Templo Mayor, el más sorprendente de los cuales es una torre cilíndrica, de unos 35 metros (114 pies) de longitud y 5 metros (16 pies) de altura, hecha de aproximadamente 700 cráneos humanos.
Fuente: IFL