Tradicionalmente se asocian los monumentos megalíticos con alineaciones solares, como ocurre por ejemplo con Stonehenge, o se les atribuye una función de observatorio astronómico, caso de las tumbas de corredor que reseñamos aquí hace un año.
Ahora los arqueólogos que trabajan en la zona de Hendraburnick Down en Cornualles, al suroeste de Inglaterra, apuntan otra posible función nocturna para este tipo de monumentos, quizá escenario de alguna clase de ceremonia realizada a la luz de la luna.
Se basan en el descubrimiento de numerosas marcas realizadas en las piedras megalíticas, que no son visibles con la luz solar pero sí cuando comienza el ocaso y durante las noches en que hay luna.
En su artículo, publicado en la revista de arqueología Time and Mind, exponen como el análisis del quoit o dolmen megalítico de Hendraburnick reveló la existencia de hasta 105 marcas que hasta el momento habían pasado desapercibidas, y sugieren que se realizaron precisamente para ser vistas en la oscuridad. De hecho su descubrimiento se realizó utilizando una cámara con flash durante la noche.
El quoit de Hendraburnick es un monumento megalítico controvertido. A pesar de que cuenta con decoración visible en su parte superior, hay expertos que opinan que no deja de tener un origen natural, aunque habría servido como enterramiento. Otros creen que se trata de un dolmen cuya parte superior de 16 toneladas terminó por caer pero una vez estuvo sostenida por dos piedras verticales, remontándose a la temprana Edad del Bronce, alrededor del año 2.500 a.C.
Precisamente la intención original de los investigadores, que iniciaron las excavaciones y el análisis en 2013, era determinar si el monumento era megalítico o natural. No solo encontraron que efectivamente era obra humana, sino que el lugar parece haber sido el centro de una actividad nocturna de la que han encontrado numerosos fragmentos de diferentes artefactos.
El quoit de Hendraburnick está situado cerca de la localidad que le da nombre, y junto a las fuentes del río Camel. Y además las nuevas marcas encontradas lo convierten en el megalito más decorado y complejo de todo el sur de Inglaterra.
Los arqueólogos también hallaron multitud de fragmentos de cuarzo que fueron esparcidos deliberadamente alrededor del monumento, de modo que pudieran brillar a la luz de la luna o de hogueras, creando un impresionable efecto luminiscente que revelase al mismo tiempo las marcas ocultas a la luz del día., creando una especie de aura en torno del quoit.
Según Andy Jones y Thomas Goskar, miembros de la Unidad Arqueológica de Cornualles y autores del estudio, las marcas descubiertas demuestran que el lugar era utilizado durante la noche, y probablemente otros sitios megalíticos también lo habrían sido.