Ladrones de tumbas de bronce han dañado un antiguo sitio de entierro al profanar los restos humanos y dejarlos tirados en una pila para robar adornos y objetos.
El incidente impactante ocurrió en un cementerio prehispánico que podría tener hasta 5.000 años de antigüedad.
El sitio es conocido como Jerusalem K’uchu, que se encuentra en una pequeña cueva rocosa en el distrito de Combapata de la provincia de Canchis en Perú.
Los medios locales informan que los ladrones destruyeron casi por completo las tumbas para robar los adornos con los que fueron enterrados los cuerpos.
El sitio de entierro proviene de «cultura andina», un término usado para describir a los pueblos indígenas de las montañas de los Andes, a menudo aquellos controlados por el Imperio Inca.
La civilización andina más antigua conocida es la civilización Norte Chico de Perú, que se remonta a 3200 a.C. y la civilización Inca, que surgió a principios del siglo XIII.
Desde 1438 hasta 1533, los incas controlaron una gran parte del oeste de América del Sur, centrada alrededor de la cordillera de los Andes antes de caer ante los conquistadores españoles.
Las fotos muestran que los huesos y cráneos humanos fueron arrojados en una pila para que los ladrones pudieran alcanzar los artefactos.
Según los informes, los arqueólogos han confirmado que los esqueletos estaban completamente inconexos en la incursión y que las estructuras de piedra y barro utilizadas para proteger los restos también se destruyeron.
Las autoridades están trabajando para identificar todos los objetos robados y dañados por los ladrones.
Quince cráneos humanos encontrados en el interior de la cueva necesitarán ser conservados.
Desde su antigua capital, Cusco, los incas controlaban un vasto imperio llamado Tahuantinsuyo, que se extendía desde el oeste de la Argentina actual hasta el sur de Colombia.
El imperio incluía la ciudadela de Machu Picchu en la cima de la montaña en el Perú moderno, hoy en día patrimonio de la humanidad por la UNESCO y una importante atracción turística.
La organización cultural responsable del sitio reportó el caso a la Policía Nacional que inició una investigación.
Los responsables aún no han sido identificados.
Las autoridades peruanas ordenaron una evaluación integral de este cementerio prehispánico con el objetivo de identificar y registrar las evidencias existentes, al haber contabilizado una quincena de cráneos humanos junto a otras tumbas que deben ser investigados y conservados.
