Las laderas de los cerros de Palpa fueron el «telar» de las civilizaciones precolombinas, que dibujaron miles de geoglifos en la zona: hoy, cinco de ellos han sido recuperados.
Desde noviembre del año pasado, un grupo de arqueólogos de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica, en Perú, se ha ocupado de devolverle el esplendor a las míticas obras pictóricas que en los últimos años habían sido vandalizadas por quienes transitaban cerca de las laderas, refiere El Comercio.
Menos conocidas que las Líneas de Nasca, las emblemáticas figuras de Palpa son mucho más antiguas y se encuentran en una zona que fue declarada en 1994 como Patrimonio Mundial por la Unesco.
«Seguimos hallando más geoglifos, lo que nos revela que toda esta zona fue una gran telar en el que los paracas han ido dibujando a lo largo de todo el periodo de su cultura», afirmó el pasado domingo la ministra de Cultura de Perú, Patricia Balbuena, quien hizo el recorrido por más 50 geoglifos recientemente descubiertos.
Sin sobrevuelos
Una de las ventajas de las figuras de Palpa es que muchas pueden verse sin necesidad de realizar un sobrevuelo, como ocurre con las Líneas de Nasca. Sin embargo, para el proceso de registro, los científicos utilizaron drones que grabaron imágenes desde treinta metros de altura.
La Pontificia Universidad Católica del Perú, National Geographic y la organización Sustainable Preservation Initiative (SPI) facilitaron los equipos de exploración utilizados por los especialistas del sistema de Gestión para el Patrimonio Cultural de Nazca y Palpa. Según el arqueólogo Johny Isla Cuadrado, se trata de una de las documentaciones «más completas» realizadas en la zona.
Se presume que las figuras fueron realizadas por las culturas de Paracas y Topará entre el 500 a.C. y el inicio de nuestra era, mucho más antiguas que las Líneas de Nazca, que se hicieron entre el inicio de esta era y el 650 d.C.